El microscopio permite observar
objetos demasiado pequeños para ser percibidos. El primero que se
inventó y el más común es el óptico, que contiene dos o más
lentes y funciona por refracción.
Antony Van Leeuwenhoek no era profesor
universitario sino un comerciante sin formación científica. Fue
capaz sin embargo de construir personalmente los mejores microscopios
de su época, llegando con algunos de ellos a una ampliación de 300
veces el tamaño del objeto observado.
Leeuwenhoek estudió con el microscopio
cualquier cosa imaginable, lo que abrió campo a futuras
investigaciones científicas. Estudió entre otras cosas los
espermatozoides, así como las bacterias de su propio esputo, que
describió como “gráciles en sus movimientos”.
Esta entrada forma parte de una colección para explicar mejor los elementos de la línea del tiempo presente en nuestros talleres, como complemento a la misma.
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