El hecho de haber elegido un hito como
la creación de la primera Academia de Cirugía en Francia, responde
a la necesidad de dar visibilidad a este cambio, a este proceso que
se abrió camino desde principios del siglo XVIII, en un intento por
los cirujanos (sobre todo franceses e ingleses) de liquidar los
vestigios de la tradición medieval, y conseguir equipararse a sus
“rivales” históricos los médicos.
Debemos tener en cuenta, que los
cirujanos-barberos ofrecían unas sucintas condiciones de seguridad,
fruto de una instrucción en ocasiones nula o escasa en todo caso
que, era incapaz de satisfacer las necesidades y exigencias acordes
al despotismo ilustrado.
De hecho el bajo nivel de la cirugía
resultaba perjudicial para los intereses de las monarquías
absolutas, ya que no respondía a las exigencias de la nueva
organización del ejército, la navegación y los hospitales.
La creación de esta academia es, una
iniciativa de Luis XV, y su primer presidente fue Jean Louis
Petit.
El modelo de institución creado en
Francia, fue pronto imitado en el resto de países europeos. En
España, su introductor fue el catalán Pere Virgili, quién se
encargó de la creación en Cádiz, de un colegio de Cirugía
destinado a la formación de cirujanos para la Armada.
Ante el asentamiento y normativa de
estos profesionales, en la Francia de 1743 se crea un Real decreto
que prohibía a los barberos la práctica quirúrgica, a excepción
de los procedimientos menores.
El curandero rural (1636-1637), de Adriaen Brouwer, nos muestra a un cirujano-barbero en plena acción |
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Esta entrada forma parte de una colección para explicar mejor los elementos de la línea del tiempo presente en nuestros talleres, como complemento a la misma.
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