La temperatura siempre se ha
considerado desde la antigüedad un buen indicador de determinadas
dolencias. Ya en 1592, Galileo Galilei inventa el termoscopio, con el
cual sólo podían obtenerse datos cualitativos. Fue algo más tarde
en 1612, cuando Sanctorius, un fisiólogo físico y profesor de la
Universidad de Padua, introdujo una graduación numérica al invento
de Galileo, y le dio un uso generalizado en medicina, utilizándolo
para medir la temperatura humana. De nuevo, el termómetro de
Sanctorius resultaba un avance considerable, pero a la vez era
susceptible de ser mejorado.
Más tarde, Fahrenheit mejoró el
termómetro de Sanctorius, creando el primer termómetro de mercurio
que era el elemento más adecuado a este fin, porque su expansión y
contracción es más rápida que la del agua.
De hecho, la escala termométrica lleva
su nombre y es una de las más empleadas junto a la termométrica de
Celsius.
El astrónomo sueco Anders Celsius reintrodujo en 1742 la escala de grados centígrados en la clínica.
Los primeros termómetros eran bastante
aparatosos, demasiado largos… Fue un siglo después cuando Thomas
Clifford Allbott diseñó el tipo de termómetro que empleamos hoy
en día.
Escala de grados Farenheit y Celsius |
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Esta entrada forma parte de una colección para explicar mejor los elementos de la línea del tiempo presente en nuestros talleres, como complemento a la misma.
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